Elogiada
por la mejor crítica, desde Unamuno a E. Díez‐Canedo, Yerma (1934) es, tal como la
definiera el propio Federico García Lorca (1898‐1936), «la imagen de la fecundidad
castigada a la esterilidad» dentro de ese dramático juego universal en el que
se mueven las criaturas lorquianas: la oposición entre las fuerzas de la vida,
con su destino de libertad, y la opresión que sobre esas fuerzas se vuelca
incluso hasta llegar a la muerte.
El rol
social de la mujer en un pueblo español a principios del siglo XX parece estar
condenada a las labores domésticas y la maternidad, delineando esta perspectiva
la estructura familiar.
La
pieza teatral que se origina en el libro, fue escrita por Federico García Lorca
en el año 1924 y puesta en escena por primera vez en Madrid bajo la
interpretación de Margarita Xirgu.
En
Yerma los prejuicios sociales toman cuerpo en el personaje femenino que da
nombre a la obra y van construyendo la narración a través de sus padecimientos
y reflexiones.
Yerma,
tiene un único proyecto en el que se entremezclan el deseo personal y el mandato
social de ser madre. Un matrimonio sin deseo ni amor, un marido estéril, la
presencia de un antiguo pretendiente, se combinan para desarrollar un argumento
teñido de tragedia y sutil crítica a una identidad femenina intrínsecamente
ligada al orden social establecido.
El
mismísimo García Lorca calificó la obra como poema trágico y en la que
desarrolló con mayor amplitud y relieve un tema central: el de la esterilidad y
fecundidad. Yerma, mujer estéril, que lucha desesperadamente defendiendo su
verdad, cada vez se vuelve más conflictiva y no cede en ello hasta consumarla.
El desenlace final, la muerte del marido, es la última defensa de su sueño
imposible y una afirmación rotunda de su destino trágico ante la ciega
fatalidad.
https://www.dropbox.com/s/et72mn2cupw2oxz/Garc%C3%ADa%20Lorca%2C%20Federico.%20Yerma.pdf?dl=0
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